Certified Internal Controls Auditor for the IIC.
Miembro de IIA, IIC, IMAI y ACFE. Consejero Independiente de Administración de Familia, certificado por el IMMPC. Es Consejero Independiente e interactúa con el Comité de Auditoría en diversas empresas del ramo financiero, tecnológico, comercial, aéreo, marítimo, agrícola y de servicios. Especialista en empresas públicas y actualmente es Socio de la firma Global Practice México.
La experiencia, capacidad y prestigio profesional forjan al Consejero Independiente (CI); sus aportaciones son siempre valiosas en situaciones donde se requiere una visión objetiva.
¿Por qué es relevante la figura del CI en una empresa? Si analizamos el concepto, se infiere que esta persona será un generador de valor para la empresa y por ende también para los accionistas, así como otro personal clave dentro o fuera de la organización. La pregunta crítica es ¿Qué tan dispuestos están los miembros de una organización para seguir al pie de la letra los “consejos” de este individuo y los esfuerzos que esto conlleva?
Lo anterior, es un cuestionamiento que todo empresario debe hacerse, ya que muchas veces se piensa que Gobierno Corporativo es algo fácil de llevar a cabo, y no se está equivocado si estamos dispuestos a asumir el reto en su totalidad. Con esto no quiero infundir miedo, al contrario, deseo que todos sepamos a qué nos estamos comprometiendo con el Consejero, ya que este individuo va a impactar de forma positiva la zona de confort de la entidad.
Los compromisos son varios, pero el más importante recae en poner en primer plano sus indicaciones en tiempo y forma. Seré más específico, con la entrada de un Consejero la “maquinaria interna” de una corporación tiene que ir más rápido y mejor. El Consejero pedirá reportes más frecuentes, más exactos, cuestionará en todo momento y con detalle temas que en algunos casos ni siquiera se tienen en mente, como: planes estratégicos, administración de riesgos, control interno, auditoría interna, tecnologías de información, etcétera. Si la sociedad no cuenta con lo anterior o no está dispuesta a “sufrir” su implementación, es muy probable que la labor del consejero pase de ser estratégica a operativa.
Por ejemplo, para la toma de decisiones se tiene que analizar la integridad, disponibilidad y presentación de la información financiera, pero sí esta emana de un ambiente tecnológico no confiable o con oportunidades de mejora, es muy difícil que un Consejero se sienta cómodo haciendo su trabajo.
Para que este tipo de situaciones se minimicen y se aproveche al máximo la función del consejero, sugiero que se tome en consideración lo siguiente:
1.- Ser conscientes que el Consejero va a “sacudir” toda la estructura corporativa.
2.- Estar comprometidos con las recomendaciones que se hagan por parte del Consejero.
3.- Crear, comunicar y medir los objetivos que se plantean en el Consejo de Administración y los Comités de apoyo.
4.- Involucrar en este proceso desde la base de la pirámide hasta la alta administración.
5.- Implementar “quick hits”, es decir los objetivos alcanzables a corto plazo.
¿Estás dispuesto a llevar este reto?
De ser así, bienvenido, pues esta será una de las mejores inversiones que se pueden hacer. En caso contrario, también es una buena decisión, ya que estos no son temas que se deban apresurar o tomar a la ligera, porque no hay nada más frustrante que hablar en el desierto o recibir consejos cuando por dentro ya se está pensando cómo no cumplirlos o darles la vuelta.
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