Por Jesús Ascencio
Socio de Global Practice México, a cargo de la práctica de Consultoría en Auditoría Interna, Institucionalización de Empresas Familiares, Gobierno Corporativo y Administración de Riesgos de Negocios.
Hay ocasiones en que el barco navega en el río sin ninguna complicación, la corriente, el viento y la profundidad favorecen, y eso nos hace pensar que somos una buena embarcación, con un excelente equipo y con buenos líderes. Sin embargo, es cuando se vienen tiempos difíciles, vientos en contra y profundidades que exhiben piedras en el camino, cuando se conoce en realidad que tan buena embarcación somos, que tan buen equipo tenemos y que tan hábiles son nuestro líderes.
Sin necesidad de profundizar sobre lo que están viviendo nuestras organizaciones en estos momentos, por obvias razones, entraré de forma concreta en temas específicos que en estos tiempos podemos hacer a partir de hoy para fortalecer nuestras empresas.
Propuesta de valor
Si bien, la mayoría de los negocios deberían ya tener perfectamente identificada su “Propuesta de valor”, son estos momentos de crisis una buena oportunidad de revaluarla, de ver a través de un enfoque mucho más crítico, si en realidad esa propuesta que definimos en la teoría es percibida y apreciada por el cliente, si en realidad esas ventajas competitivas se hacen notar en estos tiempos ante la competencia, o en realidad no existían como tal y se trataban de espejismos producidos por las épocas de bonanza. En el caso de que no tuvieras aun identificada esta propuesta de valor, es momento de ahora si hacerlo de manera urgente. Para ambos casos les recomiendo el retomar el ejercicio de aplicar la herramienta CANVAS para redefinir esta propuesta de valor.
Empoderar
Buena parte de la continuidad del negocio en tiempos turbulentos va a depender de nuestros mandos medios, su habilidad para mantener la operación a flote y es aquí, donde vamos a requerir a estas personas empoderadas. En la operación habitual, del día a día, con frecuencia cometemos el error, como líderes, de acompañar en demasía a nuestros mandos medios y los acostumbramos a consultar cada una de las decisiones a tomar, y se genera una zona de confort, por la cercanía y facilidad de comunicación, que en tiempos donde la comunicación no es tan directa o se requieren decisiones más ágiles, puede ser contra producente. Estos tiempos de trabajo y gestión a distancia deben servir para confiar en esos mandos medios, en su capacidad de tomar decisiones y de comunicar al demás personal lo que se debe de hacer y la postura de la organización ante la crisis.
Innovar
Dice un dicho que “la pecera se ensucia poco a poco, y es por eso que a veces no lo notamos”. Y tomando esto como analogía, si de repente un día nos despertáramos y viéramos la pecera sucia, después de haberla visto ayer limpia, seguramente generaría alarma en nosotros y procederíamos a limpiarla.
Muchas de las empresas abandonaron la innovación “poco a poco” como la pecera, y no se dieron cuenta de la importancia de hacerlo. Sin embargo, la pandemia nos está dando el efecto de ver, de repente, “sucia la pecera” y lo menos que tendría que producir como efecto, en la misma, es un sentido de urgencia para innovar en lo que hacemos.
Accionar las mejoras
Por último, hoy más que nunca, es momento de pasar de la teoría a la práctica, poner en marcha esas prácticas que hasta hoy eran planes futuros por implementar. El home office, procesos Slim y la transformación agile, son algunos ejemplos de estas prácticas. Es momento de ser un tanto más osados de lo normal y transformar, para bien, nuestras organizaciones.
A manera de conclusión, no me queda más que decir que es en estos tiempos difíciles donde se pondrá a prueba el talento de cada uno de nosotros para salir adelante, así que manos a la obra, ¡a poner en acción todo lo aprendido!
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