Por Oswaldo Ochoa
Socio de Auditoría Interna, Consultoría y Gobierno Corporativo de la Firma Global Practice México.
Sin duda, hoy día, el empresario está afrontando varios retos, entre los que se encuentran:
Pago a sus acreedores y proveedores.
Ejecución de su plan de continuidad de negocio (si fue preventivo y lo realizó) o en su caso redefinir su modelo de negocio (temporal o definitivo).
Recuperación de cobranza.
Evitar la menor pérdida de ingresos y/o clientes.
Pago de impuestos.
Y por último, y no menos importante, sus colaboradores; con lo cual no sólo es el pago de nómina, sino el cuidar de su salud física y emocional, generando un real “engagement” que hará que el colaborador se convierta hoy más que nunca en un embajador de la empresa.
Hoy es tiempo de que los empresarios y directores crean (se den cuenta) que los llamados stakeholders (clientes, proveedores, sociedad y gobierno) están realmente “vigilando” el actuar de las empresas, en forma y fondo, lo cual tendrán en cuenta. De tal manera, que su reacción definirá el futuro de la empresa
Hoy es cuando la profesionalización de la empresa, sus valores y filosofía corporativa, deben de salir a relucir más que nunca, cuando la responsabilidad social debe iniciar dentro de la empresa con sus colaboradores e irse permeando con sus stakeholders.
Ante esta pandemia, uno de los riesgos que menos atención prestaba la alta dirección, se hizo realidad. Hoy es el deber de proteger a nuestros colaboradores, también se tiene el gran reto de mantener una operación continua de manera remota, lo cual sin duda es romper el paradigma de trabajo total “in situ” que la gran mayoría de empresas tienen, para lo cual es recomendable considerar las siguientes actividades:
Evaluar si es posible continuar con operaciones en procesos y/o puestos críticos y con nivel restringido.
Escalonamiento de horarios a personal necesario.
Distanciamiento entre las personas que laboran.
Implementación de filtros y estaciones sanitarias.
Restricción de acceso a instalaciones de proveedores y clientes.
Desarrollo de nuevos canales de atención a clientes.
Generación de actividades de trabajo remota a los colaboradores.
Implementación de herramientas de trabajo remoto, reporte y respaldos.
Políticas para empleados y/o familiares afectados por el virus.
Canales y horarios de comunicación institucional sobre la continuidad de operaciones.
Medidas de cuidado para la salud mental y emocional de los empleados
Sin duda, esta forma de trabajo pondrá a prueba las habilidades de los colaboradores con el uso de plataformas virtuales, y en su caso, será necesario la atracción de talento que se adapte a esta modalidad, el reto es analizar la brecha digital y asegurar que se tenga una seguridad de la información.
Hoy el ser ético, el tener valores, vivirlos y comunicarlos de manera congruente, es una oportunidad de generar un engagement con nuestros colaboradores y con los stakeholders, y a largo plazo salir fortalecido de esta situación que, sin duda alguna, a todos nos está golpeando, sin embargo, solo los resilientes tendrán una buena historia que contar.
“Ante toda crisis, es una oportunidad para reinventarse, y salir adelante”.
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